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Santuario de Rodanas |
El sábado realicé una visita al Santuario de Rodanas, un
lugar al que tenía intención de visitar hace tiempo y que hasta ahora no lo
había hecho, como ocurre siempre al estar cerca de casa lo vas dejando para
mejor ocasión.
El Santuario está enclavado en medio del campo. A unos 16
kilómetros al norte de Épila, en la carretera que va de Ricla a Fuendejalón, se
encuentra un desvío a la izquierda (hay que tener cuidado de no pasarse el
desvío, que está indicado con una flecha) que hay que tomar entrando
en una pista semiasfaltada que, tras unos 6 km de recorrido, nos conduce hasta
el Santuario, que muestra un gran encanto rural con un amplio patio y una sencilla
iglesia clasicista con cabecera de estilo gótico-mudéjar en cuyo interior a se
conserva la imagen gótica de la Virgen que data del siglo XIV.
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Itinerario |
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Portada de la Iglesia |
Por este lugar pasaba el itinerario romano entre
Caesaraugusta y Augusta Emerita. En los alrededores del Santuario se
localizaron dos supuestas fundiciones de hierro y restos de cerámica ibérica y
romana.
La popularidad alcanzada por la devoción a la Virgen de
Rodanas llevó al capítulo de Épila a decidir la construcción de una nueva
iglesia que sustituyera a la pequeña ermita existente, acompañándola de una
amplia hospedería que acogiese a los muchos peregrinos que acudían hasta allí.
Las obras costaron 20.000 ducados y finalizó su construcción
en 1714, gracias a la tenacidad y dedicación del que fue su primer capellán, mosén
Miguel Vidayna. El 7 de mayo de ese año fue colocada la imagen en el altar y
urna que hoy ocupa. La Virgen de Rodanas es una escultura de alabastro, que
sostiene a un niño en la mano izquierda.
El sucesor de Vidayna, José Navarro, construyó un estanque
para riego (que hoy, reformado y convertido en elemento ornamental, se conserva
junto al Santuario) y llevó la conducción de agua a la fuente que se levanta en
medio de la plaza.
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La Virgen de Rodanas en el Altar y Vista del intetior de la Iglesia |
A comienzos del siglo XVIII se amplió el conjunto del
Santuario con un nuevo cuerpo de hospedería, que es el que hoy flanquea a la
iglesia por la parte derecha, pues recién construido ya era insuficiente para
dar cabida a los peregrinos. Es este siglo el de mayor esplendor de Rodanas; en
1773 se inventariaron sus bienes, decenas de valiosas joyas y reliquias.
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Lápida de Dña. Isabel de Afín, viuda de D. Antonio Algora, situada en la Iglesia |
En 1810 se vivió el episodio más trágico de la historia del
Santuario cuando, durante la Guerra de la Independencia, fue incendiado por las
tropas francesas, quedando en ruina tanto la iglesia como la hospedería, aunque
la imagen pudo ser salvada trasladándola a la parroquia de Épila. La Virgen de
Rodanas volvió a ser colocada en su altar en 1816. La reconstrucción del
conjunto del Santuario fue lenta y costosa, ya que en esa época sus recursos
eran muy escasos.
En 1946 se celebró el IV Centenario de su aparición y en el
año 2000 tuvo lugar la Coronación Canónica de la imagen, en reconocimiento al
fervor y popularidad de la que goza en la comarca Nuestra Señora de Rodanas.
Según la leyenda, a mediados del siglo XVI, durante las
revueltas de los hugonotes en Francia, fue profanado un convento en Toulouse,
donde se veneraba una imagen de la Virgen con el Niño. Ante tal ofensa
recibida, la Virgen desapareció de allí y vino a refugiarse al monte de
Rodanas, donde la encontró, semienterrada, un pastorcillo que había ido a
apacentar su rebaño, en torno a 1546.
El pastor corrió a dar cuenta de su hallazgo a Épila, donde
celebraron con gran alegría el acontecimiento, construyendo una Ermita en el
mismo monte donde había aparecido. Allí comenzó a ser objeto de la veneración
popular, que la tenía como milagrosa, de forma que fueron entregando dádivas y
ofrendas en abundancia. Se inició también la costumbre de peregrinar hasta el
monte en romería el Domingo de Quasimodo.
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Exterior de la Iglesia y Edificio donde se situaba una de las hospederías |
La fama de la Virgen de Rodanas se expandió a partir del
suceso acaecido en 1671 cuando, según cuenta la tradición, de un cántaro de
barro que le había sido ofrecido por uno de sus devotos comenzó a manar aceite,
del que se decía que tenía propiedades curativas. Cuentan que un obrero del
campo iba con medio cántaro de aceite para venderlo en Salillas y poder comprar
comida para su familia. En mitad de la
noche se le cayó, derramándose todo el aceite.
El hombre se encomendó a la Virgen de Rodanas y al recoger la talega vio
que el cántaro estaba entero y lleno de aceite. Como agradecimiento, llevó el
cántaro lleno para alimentar las lamparillas de aceite del Santuario de la
Virgen. El cántaro siempre tenía aceite
y así fue hasta el 1700 cuando se consolidó la devoción a la Virgen en toda la
comarca, recibiendo devotos en peregrinación de toda España.
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Zona de mesas y fogones |
El lugar exacto donde se apareció la imagen está señalado
con un peirón que contiene una reproducción de la Virgen adornado con los
escudos de los pueblos puestos bajo su protección.
Anexo al Santuario, en un extremo del recinto hay habilitado
un comedor abierto al público con fogones para hacer parrilladas y barbacoas. Hay
mesas y fogones tanto a cubierto como al
aire libre.
El mismo día realicé la visita al Convento Dominico de Ntra. Sra. de la Consolación de Gotor que puedes leer en "El Oráculo del Trisquel" ewn el enlace que pongo a continuación.
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